Nuestra Historia

La Hospedería, situada en el centro del pueblo, es el resultado de la unión de varias casonas típicas de la vida señorial existente en los años de apogeo industrial que tuvo Grazalema durante la primera mitad del siglo XIX. Reformada en varias ocasiones, conserva sus patios, la entrada trasera, hoy con cancela de hierro forjado, la fachada, que mantiene sus pórticos originales, uno de piedra tallada, en donde se pueden apreciar impactos de balas, testigos mudos de guerras pasadas, y otro de ladrillo recubierto que adorna la entrada de arriba abajo, típicos de las casas de familias nobles. Entre las antiguas rejas se muestra una con el escudo familiar de los propietarios originales, el cual sirve como logotipo de la empresa. En el portal principal observaran el zaguán de azulejos tradicionales y las puertas de clavos; todo ello reflejo de la arquitectura típica conservada a través de casi dos siglos.

Estas casas tuvieron varias utilidades: además de servir como vivienda familiar – varias familias convivieron juntas durante la postguerra -, tenían sala para hacer las matanzas anuales de cerdos, almacén para salar y conservar sus productos, así como cuadras para caballos o burros que usaban como medio de transporte o bien en las tareas agrícolas. Cuando la industria textil estuvo en su apogeo, se instalaron en ellas algunas maquinarias para preparar la lana que serviría para la elaboración de las codiciadas “mantas de Grazalema “: ruedas de molino que movían el agua para lavarla, baños para tintarlas, etc. Llegó a instalarse, incluso, una pequeña fábrica de chocolate. Además, algunos de sus salones sirvieron de comedores de beneficencia durante la guerra civil. El patio trasero se usó para la caballería y reunión de actores de la película “Carne de Orca”, rodada en Grazalema a principios de los años 50.


Cuando todo tipo de industria desapareció y ya después de la postguerra, empezó a utilizarse como Fonda con cama y comida para aquel que necesitaba venir hasta Grazalema por motivos laborales (maestros, médicos, comerciantes, etc). A partir de los años 60 llegaron los primeros veraneantes, bien recomendados por el médico para enfermedades respiratorias o por el deseo, por parte de la clase pudiente, de pasar los veranos en un lugar más fresquito y tranquilo. De este modo empezaron a realizarse ampliaciones y reformas en la casa original. Desde principios de los años 80 Grazalema empezó a ser, además, punto de interés para los turistas interesados en el estudio o el deleite de la Naturaleza, habiendo sido ya declarada, el área de la Sierra de Grazalema, Parque Natural y Reserva de la Biosfera.

Fue en 1982 cuando, por jubilación, cambió de dueños y pasó a pertenecer a la familia García.: Jacinto y Francisca con 4 hijos adolescentes. El, emigrante en Alemania durante 20 años, decidió volver a su pueblo y vender la casa que había construido a fuerza de sacrificios y con ello poder dar la señal para la compra de lo que pretendía que fuera el futuro de sus hijos. Todos ellos gestionaron este establecimiento hasta el año 2000. A partir de entonces, estando ya casi todos los hijos casados y con la jubilación de los padres, una de las hijas, Caty Garcia, junto con su marido, Rafael, y algunos fieles empleados que ya trabajaban con ellos, decidieron seguir con el negocio, aunque después de algún tiempo y muy a su pesar tuvieron que alquilar el Restaurante ya que suponía demasiada carga para ellos y mucha responsabilidad, teniendo en cuenta que Francisca había sido una cocinera totalmente dedicada a la cocina casera y elaborada lentamente. Hoy en día se enorgullecen de seguir trabajando con las mismas ganas e ilusión con las que empezaron siendo unos niños, contando actualmente también con la ayuda de sus hijos.

Nuestro objetivo es mejorar cada día los servicios y mantener el ambiente acogedor que siempre caracterizó a esta casa,  intentando hacer a nuestros clientes participes de la vida del pueblo y de nuestra familia misma y hacerles disfrutar de los beneficios que nos brinda el entorno que nos rodea, procurándoles en definitiva, una estancia lo más agradable posible.

Durante todos estos años la casa se fue dotando de más comodidades, ampliándola y reformándola en 1986 y 1994. Actualmente cuenta con 16 habitaciones dobles dotadas de baño, calefacción central y aire acondicionado;  patios interiores  llenos de plantas;  un amplio comedor anexo a uno de los patios; sala de estar con chimenea, TV y WIFI, en donde se ubica una pequeña biblioteca que amenizara sus tranquilas tardes de frio o lluvia. Por otra parte, hemos ampliado nuestra oferta de alojamiento en otra casa , ya reformada en su totalidad, con 6 aptos. totalmente equipados y situados también en la calle principal, pero a la altura de la Iglesia San Jose, en la parte alta del pueblo, la cual tiene un encanto especial y unas vistas espectaculares.

La Familia Propietaria

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